La desigual expansión de la educación superior

Uruguay presenta en la región el menor nivel de crecimiento de la matrícula de educación superior en ese largo plazo de 40 años.

El crecimiento de la matrícula de educación superior ha sido una constante en todos los países a escala global y también de América Latina. El cambio hacia una sociedad con mayor complejidad técnica y el aumento de los saberes, han impulsado un incremento de la demanda de las familias por la educación superior. Ha sido una estrategia social y masiva de las familias como herramienta para mejorar sus condiciones, a partir de asociación entre educación, productividad y salarios niveles de formación, que ha impulsado el creciente acceso a la formación terciaria para amplios sectores anteriormente excluidos. Tal proceso que se inició a escala global en los años 50,  en Europa en los 60 y en Asia en los setenta, se produjo también en la región desde los años 80. Ha sido también un proceso que ha implicado el acceso de grupos sociales de menores ingresos, especialmente de sectores medios y bajos. Igualmente, ha sido un proceso marcado por la ingreso de las mujeres en la educación superior, por lo que ha sido también definido como una feminización universitaria. La masificación educativa en el nivel superior se ha producido también como derivación de la expansión de la educación media y del aumento del egreso de bachilleres y ha implicado una enorme revolución social en nuestras sociedades en términos de movilidad social con la conformación de una creciente clase media apoyada en la educación superior.

Este proceso sin embargo, no ha sido automático sino que ha estado acompañado de diversas tensiones y dificultades. Por un lado el aumento del acceso y la demanda de nuevos sectores sociales dada la desigualdad social ha derivado en una tendencia a la baja los niveles de calidad de los procesos educativos, lo cual favoreció la diferenciación entre instituciones de educación superior con mayor y menor niveles de calidad. También este proceso ha conformado una expansión de los sistemas de educación con una diferenciación institucional entre instituciones profesionales o técnicas, más focalizadas en estudios especializados y con componentes prácticos, con enfoques por competencias y con salidas más cortas y articuladas a los mercados de trabajo. También se ha producido un aumento de los niveles educativos, con formaciones de nivel de posgrado más complejas y especializadas.

Esta diversificación institucional ha sido la variable determinante de la masificación de la matrícula y ha sido un proceso con diversas fases y características a escala global. En primera instancia los sistemas en general monopólicos y públicos fueron desbordados por las nuevas demandas de acceso y se produjo  la irrupción de la oferta superior por el sector privado. Posteriormente, el sector público favoreció una diferenciación y se pasó a un aumento de la oferta de instituciones públicas. Este proceso asumió componentes de regionalización y los territorios pasaron a tener ofertas propias con sus propios niveles de  pertinencia. En otra fase se comenzaron a expandir los estudios de posgrado de cuarto nivel, tanto en el sector público como especialmente en el sector privado. Finalmente, se inició una nueva fase de diferenciación institucional con la oferta de nuevas modalidades educativas, superando el formato único presencial. La educación a distancia, virtual, tanto sincrónico como asincrónica o múltiples modalidades híbridas, terminaron permitiendo la masificación de la educación superior en casi todo el continente, en el marco de la fase de expansión de la cobertura.  Todo este proceso ha sido diferenciado en la región asociado al grado de diferenciación institucional como se aprecia en el cuadro, junto a este artículo.

El Uruguay como se constata presenta en la región el menor nivel de crecimiento de la matrícula de educación superior en ese largo plazo de 40 años, como  resultado de una limitada diferenciación. Ha tenido éxito en la diferenciación de estudios terciarios y universitarios gracias a la expansión de la formación docente y la formación técnica (CFE y la UTU), pero ha tenido una escasa regionalización con un bajo nivel de oferta universitaria en el interior. Ha tenido una feminización enorme, incluso excesiva pero el acceso de sectores de bajos ingresos es casi nulo. Igualmente hay una limitada cobertura a nivel de posgrados y una inexistente oferta de nuevas modalidades como educación virtual, todo lo cual genera una débil cobertura y una falta de oportunidades.

Eco. Claudio Rama

Dr. ED; Dr. DER; Post. Dr

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