La economía de los datos

El uso eficiente de los datos es la base del "dataísmo" como nuevo marco de funcionamiento de los negocios y que está llevando a la irrupción de herramientas informáticas de Inteligencia Artificial (IA) para su gestión.

Es centro es que la minería de datos es una actividad creciente de valorización, y que ahora impulsa un nuevo paradigma de trabajo apoyado en la IA. El centro de la nueva realidad son los beneficios del uso de los datos. El rol de la información siempre ha sido reducir la incertidumbre.

Saber más o con más detalle y precisión, sin embargo se ha constituido en el centro de la acumulación de capital a través también del incremento de la productividad. Stiglitz introdujo un cambio radical en la economía clásica que presuponía el libre acceso a la información y su gratuidad en la asignación de los factores y la competencia económica, incorporando tanto una relación directa entre información y productividad, como entre niveles de información y niveles de ganancias extraordinarias.

Ello otorgó a la información un valor especial asociado a los beneficios a su acceso y control. Introdujo el enfoque por el cual la información tiene precio y valor, e incluso no por su costo de producción, sino por el beneficio que genera.

Igualmente que además su valor está muy asociado a su alta depreciación y obsolescencia en el tiempo, dado que la duración del tiempo de la información tiende a ser efímera. El diario de mañana, hoy valdría mucho, mañana menos y pasado mañana casi nada.

El conocimiento y el acceso a los datos impulsa mayor eficiencia y sin duda un menor nivel de inversión física o en recursos humanos. Su eje es contribuir a alcanzar aumentos de productividad y mayor eficiencia.

Gracias a los datos, se minimizan los riesgos de la toma de decisiones, y se pueden formular escenarios prospectivos y de tendencias que reducen las incertidumbres. Sin duda los datos también permiten conocer a los competidores, e identificar oportunidades y nichos de mercado y administrar mejor los portafolios de productos y servicios en cada momento. Actualmente los datos son la base de las mejores estrategias empresariales y de cualquier organización o actor social.

En realidades más complejas, globales y competitivas, y de alta incertidumbre, el acceso, uso y monopolio de los datos se constituye en la palanca central de los negocios y de la propia vida social. Y sin duda, también de la política para identificar las cambiantes opiniones, miedos y deseos de los consumidores, clientes o afiliados.

La sociedad de masas es también la sociedad de la necesidad de conocer y administrar las diversidades de intereses y realidades. Los datos, es la palanca del éxito de todos. Y gracias a la inundación de datos, los profesionales pueden realizar mejores y más precisos diagnósticos y de las tendencias más viables así como de su propia probabilidad. Ello otorga el creciente valor a la información, y más aún si es está estructurada en bases de datos, si está depurada, si es monopólica o es acceso limitada.

Sin embargo, mientras que el futuro será más seguro, mientras más democráticos y abiertos sean los datos, el presente más eficiente para las organizaciones se apoya en el carácter privado y restringido de la información.

Esa contradicción está en el la base misma de las leyes de propiedad intelectual que dan un monopolio limitado al conocimiento y la información, como base para alcanzar ganancias extraordinarias durante un tiempo limitado. La economía de los datos alcanza incluso al derecho de acceso a la información, que hoy satura demandas en los tribunales en todos los países.

El capitalismo de las redes, de la disrupción digital o de las plataformas, es el negocio de los datos, como materia prima, herramienta competitiva, palanca de la eficiencia y resguardo de posiciones monopólicas y secretas para los diversos actores. En este escenario de beneficios, los datos son el impulsor a la inteligencia artificial, en tanto mecanismo informático para procesar y gestionar la multiplicidad de datos, y que incluso se recopilan en forma automática y sin nosotros tener conciencia.

Los datos son hoy la palanca estratégica de las organizaciones y la base de su propia existencia y supervivencia. Sin ellos son esclavos de sus competidores, sujetos a la alta volatilidad de los mercados, dependientes de sus tradiciones como refugio y sin duda presos de las dudas e incertidumbre por sus acciones. La Inteligencia Artificial será fundamentalmente la herramienta de procesamiento, análisis y respuesta fundamental de todas las organizaciones a las demandas de información pertinente.

Sin datos y sin los sistemas más eficientes de su manejo como es con el uso de la IA, todas las organizaciones estarán en fuerte desventaja en sus diversos mercados, en el actual capitalismo de los datos. Sin embargo, no estamos frente a un problema focalizado, sino que estamos frente a un riesgo sistémico y por ende en todos los sectores, incluyendo también en el nivel educativo.

La debilidad de los datos en este sector es muy fuerte, y sería necesario acciones para conformar un sistema de estadísticas más potente y sin duda a cargo del Instituto Nacional de Estadísticas. No tiene sentido que los datos educativos no estén bajo control del organismo especializado en la materia y que da garantía a todos de la veracidad, confiabilidad y precisión necesaria.

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