La representante especial para Irak de la Secretaría General de Naciones Unidas, Jeanine Hennis-Plasschaert, ha aplaudido los progresos realizados por la actual administración iraquí después de meses de parálisis política, aunque ha recomendado al Gobierno de Bagdad la adopción inmediata de un presupuesto federal como prolegómeno de una reforma económica que aborde las preocupaciones de la población referidas al mal reparto de los beneficios del crudo, el exceso de burocracia y las casi permanentes sospechas de corrupción sobre las autoridades.
Naciones Unidas ha solicitado en este sentido que Irak necesita aprobar lo antes posible sus presupuestos federales; una medida «claramente esencial» para iniciar cualquier tipo de reforma posterior. La aprobación está ahora mismo en entredicho por las tensiones históricas que mantiene el Gobierno federal con la región semiautónoma del Kurdistán iraquí, que acumula buena parte de la riqueza petrolera del país.
A pesar de que tanto Bagdad como Erbil anunciaron a finales del mes pasado la reanudación de sus conversaciones para acordar un reparto más equitativo de los beneficios del petróleo, el Tribunal Supremo Federal iraquí dictaminó la semana pasada que el pago de los derechos financieros de la región del Kurdistán por parte de Bagdad suponía una violación de las leyes presupuestarias que han supuesto un punto de discordia durante varios años, especialmente después de la decisión de la región del Kurdistán de vender su petróleo a través de Turquía.
«Cualquier retraso en la adopción de los presupuestos federales no hará sino empeorar la situación de la gente debido a las bien conocidas restricciones de gasto actuales», ha explicado Hennis-Plasschaert, para quien es «innegable que los retrasos de la necesaria reforma económica se están dejando sentir en todo el país», donde el aumento del tipo de cambio en los mercados paralelos de moneda están «incrementando la presión sobre la vida cotidiana de los iraquíes».
La representante de Naciones Unidas ha recomendado al Gobierno iraquí que cualquier reforma que vayan a abordar debería comenzar desde el desarrollo del sector privado. «A pesar de la necesidad apremiante de abordar los altos niveles de desempleo, Irak no puede darse el lujo de aumentar la carga de un ámbito público que ya está extremadamente inflado», ha explicado Hennis-Plasschaert.
«Irak debería priorizar una diversificación económica sostenible» para reducir su dependencia del petróleo, a partir del desarrollo de un sector privado como «sistema de generación de empleo y de generación de valor», ha añadido la representante.
Con todo, Hennis-Plasschaert ha aplaudido el compromiso demostrado por el Gobierno iraquí a la hora de enfrentarse a la «corrupción endémica» que predomina entre las autoridades, como la operación puesta en marcha para esclarecer el robo de miles de millones de euros de un fondo fiscal en lo que las autoridades iraquíes describieron en su momento como “el robo del siglo”.
