La salud mental en crisis: “Estamos desbordados”

Con más de tres décadas de experiencia, el psiquiatra Freedy Pagnussat advierte que Uruguay atraviesa una “pandemia silenciosa” en salud mental: faltan profesionales, recursos y planificación para enfrentar un problema que crece año a año.

Dr. Freedy Pagnussat, especialista en psiquiatría.

Con más de 30 años de experiencia en centros de salud y una amplia experiencia en gestión de recursos en el área de psiquiatría, Diario La R entrevistó al Dr. Freedy Pagnussat, especialista en psiquiatría, quien hace un repaso por su carrera y explica el porqué Uruguay se encuentra en una “pandemia de salud mental”.

Desde la Clínica +Bienestar, Pagnussat impulsa un modelo de atención centrado en la calidad y la empatía. “Soy médico especializado en psiquiatría y vengo trabajando en esta profesión desde hace 35 años”, dice. “Al principio me enfoqué en adultos, luego en adolescentes. No trabajo con niños, pero sí con adolescentes y adultos. En los últimos años he puesto más énfasis en todo lo que es la internación en salud mental”, comenta.

Para el doctor, la salud mental no es un complemento sino un pilar del bienestar social, por lo cual, considera que en nuestro país nos encontramos “desbordados” y advierte que existen momentos en los cuales los especialistas “no dan abasto”.

Uruguay necesita más psiquiatras

La Sociedad de Psiquiatría del Uruguay, presentó un informe basado en registro del Ministerio de Salud Pública, donde exponen que a nivel nacional se cuenta con 770 psiquiatras, de los cuales, 373 de estos mantienen actualmente condiciones legales para ejercer.

Pagnussat denuncia que “no alcanzan los psiquiatras para cubrir la demanda, las necesidades” y ejemplifica con el caso del Poder Judicial donde carecen de una veintena de psiquiatras “algunos que ya son cargos existentes pero que no se logra cubrirlos y otros que se está solicitando para crear esos cargos. Estamos hablando de una demanda insatisfecha importante, verdaderamente importante”. A su vez menciona que el Sistema Nacional de Salud, carece de personal para cubrir guardias.

Consultado sobre los recursos presupuestales destinados especialmente a la salud mental, el especialista explica que, “si lo llevamos a las cifras, no alcanza el presupuesto”. Por otro lado, recuerda que “en algunas entrevistas hace unos años atrás decía que el presupuesto asignado era bastante acorde. Pero hoy día esto es casi, yo diría, una emergencia”. Al mismo tiempo, cree que “debería ir acompañado por una cuota presupuestal mayor”. “Lejos de ir en la línea de lo que los requisitos nos están solicitando, estamos yendo al revés”.

La infraestructura tampoco se salva de la crítica, Pagnussat plantea que “estamos haciendo agua por todos los costados” porque, aunque se han creado nuevas estructuras, “no todas pueden contar con un especialista y no se logran cubrir los cargos”.

El doctor propone capacitar a médicos generalistas, enfermeros y psicólogos para atender urgencias básicas en salud mental debido a la demanda. “Habrá que formar mucho más a otros profesionales para que puedan por lo menos resolver algunas de estas situaciones carenciadas”.

Pagnussat propone capacitar a médicos generalistas, enfermeros y psicólogos para atender urgencias básicas en salud mental debido a la demanda.

La ley de salud mental y sus desafíos

En 2017 Uruguay promulgó una ley de salud mental que establecía plazos para la desinstitucionalización y el cierre de hospitales monovalentes. Dentro de los requisitos, recuerda, era que se pusiera en marcha por etapas hasta el 2025 y “en este año, iba a haber que resolver algunas de las situaciones que la ley establecía como prioritarias”. Sin embargo, varias metas se postergaron hasta 2029. “Cuando se promulgó la ley no estaban resueltas muchas de las dificultades que implicaba su implementación”, recuerda. “Yo integraba la comisión directiva de la Sociedad de Psiquiatría y señalamos que Uruguay todavía no estaba preparado para eso. Hoy se ve reflejado en esta nueva realidad”.

Pagnussat reconoce avances en la des hospitalización de pacientes crónicos, pero alerta sobre las limitaciones del modelo. “La ley fue propulsada por gente que no estaba directamente en el trato con el paciente con una enfermedad severa y persistente”. Cree, que se trata de una ley “muy humana”, pero considera que “había que tener los pies sobre la tierra y ver la realidad de nuestro país”. “No alcanza con decir ‘hay que hacerlo así’. Uno tiene que programar cómo lo voy a hacer y qué voy a ofrecer como sustituto”.

En su opinión, el cierre de hospitales monovalentes sin alternativas sólidas sería “un disparate”. “La cuestión es qué hacemos o cómo vamos sustituyendo esas instituciones monovalentes. Por un lado, la sociedad no está preparada para albergar en su seno justamente a estas personas con trastornos severos, entonces hay que empezar a trabajar con todo el colectivo para ir generando los cambios que todavía están en ‘veremos’”, resume.

Recordó que, en su momento, la Sociedad de Psiquiatría, “se sintió muy poco escuchada” y no fue consultada. “Hoy el tiempo dice: ‘habría que haber abierto la oreja y haber escuchado lo que estos profesionales, que algo de conocimiento tienen, nos estaban diciendo’”.

+Bienestar y un nuevo modelo de atención

Consultado sobre su trabajo en +Bienestar, el doctor Pagnussat se muestra más optimista: “ el contacto con +Bienestar surge hace casi tres años”, recuerda. “Esta empresa arranca como internación domiciliaria y luego empieza a proyectar un centro para internación. Me convocaron para dar indicaciones sobre cómo debe ser un local dirigido a albergar personas con algún tipo de trastorno de salud mental”.

Hoy integra el equipo y lidera el desarrollo de un proyecto que busca innovar en la atención. “Nuestra principal fortaleza radica en la calidad y la certificación de los procesos, teniendo siempre presentes los valores de humanismo, empatía y compromiso, no solo hacia los pacientes sino hacia nuestros colaboradores”.

Sobre el futuro de la Clínica +Bienestar, Pagnussat adelantó que se prepara un centro con características singulares: amplios espacios verdes, infraestructura para actividades físicas, huertas y terapias alternativas. “Podemos brindar otro tipo de alternativas: trabajos de huerta, un sinnúmero de actividades que redunden en un beneficio para nuestros pacientes”, anticipa.

El modelo será mixto. “La idea es que coexistan pacientes médicos con pacientes de salud mental. Está planteado un sector para la rehabilitación de aquellas personas con un consumo problemático de sustancias y, dada la presencia cercana de actividades hípicas, también hemos pensado en agregar trabajo con autismo, porque la equinoterapia ha mostrado ser muy estimulante”, comenta.

El suicidio, un problema estructural

Uruguay mantiene tasas de suicidio altas y persistentes. En el último informe presentado por el Ministerio de Salud Pública (MSP) sobre mortalidad por suicidio correspondientes al año 2024, expuso que la tasa de suicidios fue de 21,35 por cada 100.000 habitantes, lo que representa una leve disminución respecto al pico registrado en 2022 (23,2). Sin embargo, la tendencia general desde el año 2000 continúa en ascenso.

A nivel territorial, los departamentos con mayores tasas de suicidio fueron Treinta y Tres (37,7), Río Negro (35,5) y Rocha (34,9), todos por encima del promedio nacional.

Sobre el tema, Pagnussat cree que “nuestro país entero como sociedad tiene ciertas características. Nos creemos muy optimistas, pero no lo somos, más bien que, por el contrario. Tenemos una tendencia hacia el pesimismo, hacia el fatalismo”, afirma. “Desde hace años venimos destinando personal y rubros económicos y no obstante las cifras no dejan de crecer. Entonces no estamos haciendo bien las cosas, creo que tenemos que revisar”.

El psiquiatra también destaca la importancia de mejorar las vías de comunicación para llegar a las poblaciones más postergadas. “Es tremendo cómo se mandan mensajes, cómo se mandan tips… en las redes permanentemente podemos encontrar chicos que se auto agreden. Si existe eso en el sentido negativo, ¿por qué no existe en el sentido positivo? Tenemos que empezar a utilizar las redes para bien, no para mal”.

Considera que, al vivir en un país pequeño, “los controles funcionan y funcionan muy bien” pero, no es suficiente para explicar lo alto de las tasas.

El doctor Freedy Pagnussat concluye la entrevista con una reflexión: “No alcanza con tener buenas intenciones. Hay que programar cómo lo voy a hacer y qué voy a ofrecer como alternativa”. Y agrega: “Nuestro desafío es generar un sistema más humano, donde los pacientes reciban la atención que necesitan y los profesionales cuenten con los recursos para brindarla”.

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2 Comentarios

  1. Sobre el suicidio insistimos en que la depresión profunda arranca con el maltrato infantil y es inútil a veces lo que se puede hacer en el último momento Los psicólogos de CAIF y de ANEP deben estar alertas ante las señales de violencia hacia niños y adolescentes

  2. Volvemos a insistir. Recursos hay, profesionales capacitados sobran. Existe si un gran inconveniente. Esto se puede arreglar en menos de veinticuatro horas. Falta VOLUNTAD POLÍTICA.

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