El cuidado de los pies es una parte esencial de la salud, aunque muchas veces se pasa por alto. El podólogo es el profesional especializado en prevenir, diagnosticar y tratar las afecciones del pie, desde problemas comunes como callosidades, uñas encarnadas o hongos, hasta trastornos más complejos vinculados con la postura o la circulación.
Los pies soportan todo el peso del cuerpo y su buen funcionamiento influye directamente en las rodillas, caderas y columna. Un examen podológico regular permite detectar tempranamente alteraciones que podrían derivar en lesiones mayores.
En personas con diabetes, obesidad o enfermedades vasculares, el podólogo cumple un rol vital: ayuda a evitar heridas e infecciones que, si no se tratan a tiempo, pueden tener consecuencias graves. Además, el uso de calzado inadecuado es una de las principales causas de dolor y deformaciones. Por eso, la labor educativa del podólogo —asesorando sobre plantales, calzado ergonómico y hábitos saludables— es tan importante como el tratamiento clínico. Cuidar los pies es cuidar la salud integral.

