La situación de Haití es de hambruna y caos

La actual situación humanitaria en Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, es "extremadamente grave", entre otros factores por una incipiente inseguridad por la presencia de bandas armadas, según reconoce la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), lo cual está teniendo un claro impacto en la labor que realiza la Cooperación Española y las ONGD.

Según cuentan a la agencia Europa Press desde la oficina de la AECID en Haití, el deterioro de la situación ha sido constante desde el asesinato del presidente, Jovenel Moise, en julio de 2021, ante el generalizado poder de las bandas armadas, lo que ha sumido al país en el caos.

Las protestas y cortes de calles y carreteras de las últimas semanas sobre todo en Puerto Príncipe, la capital, no han hecho sino agravar la coyuntura, en un país con un Estado con escasa capacidad de respuesta y cuyas fuerzas de seguridad se han visto «totalmente desbordadas», explican.

Los cortes de carretera por parte de las bandas armadas, en particular los que unen la capital con los departamentos del sur que fueron los más afectados por el terremoto del verano de 2021, afectan al transporte de alimentos, al igual que al envío de ayuda humanitaria, y también están ocasionando problemas en el suministro de combustible.

En las ciudades, se constata falta de alimentos y el consiguiente «aumento vertiginoso de los precios», lo cual se ha traducido en un aumento de la inseguridad alimentaria, hasta el punto de que en Cité Soleil, uno de los barrios más desfavorecidos de la capital, «un alto porcentaje de la población está en situación de hambruna», resalta AECID.

En las zonas rurales, la imposibilidad de transportar y vender sus productos en las ciudades está provocando una falta de ingresos entre los agricultores, al tiempo que la falta de combustible «está afectando muy negativamente a las operaciones humanitarias, especialmente a la distribución de agua, alimentos y al funcionamiento de las instalaciones sanitarias, dependientes de generadores que se están quedando sin carburante».

Ante estas circunstancias, la circulación de bienes y del personal humanitario «es prácticamente imposible por tierra» lo que está obligando a tener que «recurrir al transporte aéreo, caro y muy limitado». En este sentido, la AECID está contribuyendo al mantenimiento de un helicóptero fletado por la ONU que se dedica exclusivamente al transporte de material y personal humanitario.

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