El juego compulsivo, que también se conoce como trastorno del juego o ludopatía, es el impulso incontrolable de seguir apostando sin importar las consecuencias que eso tenga en tu vida. Apostar significa que estás dispuesto a arriesgar algo que valoras con la esperanza de ganar algo de mayor valor. Es una enfermedad que se caracteriza por un fracaso crónico y progresivo en resistir los impulsos de jugar apostando dinero.
Esto puede estimular el sistema de recompensa del cerebro de forma similar a como lo hacen las drogas ilícitas o el alcohol, lo que genera adicción. Las personas con problemas con el juego compulsivo, hacen apuestas continuamente que los llevan a perder, agotar sus ahorros y endeudarse. Muy posiblemente ese comportamiento sea ocultado e incluso recurras al robo o al fraude para alimentar tu adicción.
El juego compulsivo es una afección grave que puede destruir vidas, aunque tratar con ello puede ser desafiante. Muchas personas que luchan contra esto han encontrado ayuda mediante el tratamiento profesional. La ludopatía puede tener una variedad de causas, que a menudo están interrelacionadas, las causas más comunes de la ludopatía incluyen factores biológicos. Algunas investigaciones sugieren que la ludopatía puede estar relacionada con factores biológicos, como la genética y los desequilibrios químicos en el cerebro.
También existen factores psicológicos; las personas que sufren de ludopatía a menudo tienen problemas de salud mental subyacentes, como ansiedad, depresión o trastornos de la personalidad. Además, existen factores ambientales; las personas que crecen en entornos donde el juego es común pueden tener más probabilidades de desarrollar ludopatía. Finalmente, los factores sociales, como el estrés, la falta de apoyo emocional y la presión de los pares, también pueden contribuir al desarrollo de la ludopatía.
Para conocer el perfil de un jugador compulsivo, debemos saber que tiene los mismos rasgos de todos los seres humanos, pero algunos de ellos están exacerbados; en general son narcisistas, omnipotentes y cuando se dan cuenta que no pueden parar de jugar suelen querer resolver el problema solos. Poseen además un pensamiento mágico, muy vinculado al tema de la cábala.
Lo que los lleva muchas veces a cometer actos ilegales, como tomar dinero prestado de la empresa en la que trabajan creyendo que cuando gane lo repondrá y cuando pierde se ve en la situación de no poder devolverlo. A diferencia de los robos comunes, cuando un jugador roba es sólo para jugar o para cubrir deudas, de forma de poder mantener su adicción.
Hace un año la Universidad de la República publicó una estadística que afirma que en Uruguay hay más de 35.000 personas adictas al juego y cerca del doble padece el llamado juego problemático. Desde nuestro país se puede jugar en las principales casas de apuestas deportivas mundiales, aunque la actividad está prohibida por ley. Solo a un clic de distancia se ingresa a páginas web que en otros países son legales, y ahí se puede jugar en todo tipo de deportes y ligas.
La ludopatía puede ser una adicción muy difícil de superar por sí sola, por lo que es importante buscar ayuda profesional. Algunas formas de tratamiento efectivas para la ludopatía incluyen: Terapia cognitivo-conductual, este enfoque terapéutico puede ayudar a las personas a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a su adicción al juego; la terapia de grupo puede proporcionar apoyo emocional y estrategias de afrontamiento efectivas para las personas que sufren de ludopatía.
La terapia familiar ayuda a las personas que sufren de ludopatía a reconstruir sus relaciones interpersonales y a fortalecer su sistema de apoyo. En casos más extremos, hay medicamentos que pueden ser útiles para tratar los síntomas subyacentes de la ludopatía, como la ansiedad y la depresión.