El cáncer de piel es el más frecuente en el Uruguay y en el mundo; se registra un total de 3.200 casos y 146 fallecimientos al año en el país, y una incidencia similar tanto en hombres como en mujeres. El Programa Nacional de Control del Cáncer informó en su momento que tres personas fallecen por semana en nuestro país debido a esta enfermedad.
Recordemos que el melanoma es un tipo de cáncer de piel que, entre las categorías de cánceres similares, es más probable que este se propague e infecte tejidos próximos y que se extienda a otras áreas del cuerpo. Si el melanoma se origina en la superficie de la piel, se le denomina melanoma cutáneo.
El tratamiento del melanoma puede variar según el estadio del cáncer, la salud general del paciente y sus preferencias. En general, la cirugía es el tratamiento principal, especialmente para los melanomas en estadios iniciales.
Por año, se diagnostican aproximadamente 104.960 nuevos casos de melanoma (alrededor de 60.550 en hombres y 44.410 en mujeres). Además, se estima que morirán aproximadamente 8.430 personas a causa de melanoma. Recordemos que la piel es el órgano más grande del cuerpo y protege contra el calor, la luz solar, las lesiones y las infecciones. La piel también ayuda a controlar la temperatura y almacena agua, grasa y vitamina D; debido a esto es que el cáncer es uno de los más invasivos.
Por lo general, el melanoma se diagnostica mediante pruebas en las que se analiza la piel; el proceso que se usa para determinar si las células cancerosas se han diseminado más allá de la piel se llama estadificación. Entre los métodos de diagnóstico más relevantes está el examen de la piel, donde se verifican los lunares, marcas de nacimiento o áreas pigmentadas. Después aparece la biopsia, procedimiento para extirpar células o tejidos con el fin de observarlos al microscopio y determinar si hay signos de cáncer.
Ante la gravedad de este cáncer, la ciencia y la tecnología han comenzado a ofrecer una variedad de tratamientos innovadores para generar esperanza en los pacientes y sus familiares. Entre los tratamientos actuales existentes se incluye la inmunoterapia, que utiliza las propias células inmunitarias del paciente para combatir las células cancerosas. También se están explorando tratamientos dirigidos, como los inhibidores que se enfocan en alteraciones genéticas específicas en las células cancerosas.
La cirugía de Mohs y la biopsia de ganglio linfático centinela (SLNB) pueden ser opciones en algunos casos. Mientras que en estados más avanzados, se pueden utilizar otras terapias como la terapia dirigida y la quimioterapia. Por otra parte, en Uruguay, esta enfermedad tiene una alta incidencia y mortalidad comparada con otros países de Latinoamérica.
En nuestro país, las opciones de tratamiento incluyen inmunoterapia con Pembrolizumab, que ayuda a las células T a atacar las células tumorales. Además, se encuentran las terapias dirigidas como los inhibidores de BRAF, que son eficaces especialmente cuando se combinan con otros medicamentos para tratar melanomas avanzados con mutaciones específicas.