Mujeres y Territorios alentando a Yamandú

Ya es hora de que Uruguay tenga otra vez un presidente con nombre indígena

Un éxito el evento en el teatro El Galpón de Propuesta Artiguista la nueva agrupación del FA en apoyo a la candidatura del compañero Yamandú Orsi. Invitación que agradecemos y nos puso a reflexionar como panelistas.

La temática “Mujeres y Territorios”, llevó a exponer desde diferentes realidades sociales y políticas, depositando fuerzas e ideas en esta construcción colectiva que se prepara para volver, batallando con todas las herramientas posibles y eficaces que habilita la democracia en tiempos de afirmación de precandidaturas. Trabajando por la población uruguaya, por el Frente Amplio y por Orsi como el compañero indicado para dirigir el país.

Nuestra mirada va hacia combatir el racismo estructural, institucional, sistémico; y detectarlo, pues se trata de exclusiones normalizadas, estereotipos arraigados en una sociedad que no se reconoce a sí misma racista ni discriminadora. Directamente nos ignora como sectores vulnerados y ciudadanía con derechos. Existen múltiples variables de discriminación que atraviesan las sociedades republicanas post coloniales y sus costumbres, su imaginario social. Las raíces africanas e indígenas son exclusiones de carácter étnico racial, que sumadas a género, identidad de género, generaciones y otras, dan intereseccionalidades verdaderamente crueles. Cuando se le pone el cuerpo a eso, se sufre. Lo hicieron antes nuestras ancestras y ancestros de la diáspora. Es la filosofía del Ubuntu africano, el soy porque somos, donde si alguien de la comunidad está triste, nadie puede ser feliz. 

Se trata de responsabilidad comunitaria y la convicción de que siempre podemos hacer algo desde el lugar que estemos. Con los gobiernos del Frente Amplio por primera vez tuvimos estadísticas, leyes, políticas públicas inclusivas, y una agenda de derechos. Y si bien falta mucho, hubo una transformación cultural importante.

Con los multicolores retrocedimos brutalmente. Cero políticas sociales focalizadas, se acentúan las brechas, más deserción de alumnado afro en ámbitos educativos, más población carcelaria afro, mayor porcentaje de violencia doméstica en mujeres afro, es decir, todo es peor si tu piel es oscura. Pesan mucho las desventajas históricas derivadas del tráfico humano y la ideología supremacista colonial contra negros e indios. Y no es nada abstracto cuando se presenta, es violencia en todas sus formas. El racismo, la intolerancia religiosa y actos de odio, son delito en nuestro derecho positivo, y sin embargo, en la mayor parte de los casos se ven como situaciones normales.

Peor aún; se señala como problemático a quien reclama dignidad.

Recordé cuando en el 2009, íbamos repartiendo listas con el ex Presidente Don Pepe Mujica por 18 de julio, yo de blanco traje ritual, una mujer salió de los Pare de Sufrir, me escupió y me quería pegar, la tuvieron q frenar mientras gritaba “así estamos, toda la basura junta”. También la página nazi denunciada en 2013 que aún está en internet, dedicada a insultarme por mujer, filiación religiosa, origen racial, y más, cuyo responsable procesado es el mismo quien años después hace muy poco, fue también procesado por lo del Comando Barneix, asesinatos a personas trans y pornografía infantil. Sin comentarios. El racismo religioso se hace presente cuando nos preguntan a los afroumbandistas: “¿Vos sos de los que hacen daño?” Sin tener idea de lo que dicen. Es una pregunta ofensiva, ninguna religión hace daño, la nuestra tampoco. Y no le hacen esa pregunta a un rabino a un pastor o a un sacerdote católico. Siendo que hoy se podría preguntar a un cura… ¿vos sos de los pedófilos? Sería injusto ¿verdad?.

Es una muestra apenas de la violencia social que padece cotidianamente la comunidad afro religiosa. Estamos inmersos en mundo neocolonialista opresor, patriarcal, racista, homofóbico, capitalista, violento, con privilegios y privilegiados que fomentan las desigualdades, no nos engañemos. Creo que dialogando se construye la paz proactiva, la que promueve DDHH fundamentales, la necesaria para el desarrollo en equidad, el verdadero desarrollo social. La que cambia paradigmas impuestos y busca desterrar las jerarquías entre las culturas, brindando igualdad de oportunidades y mejorando la calidad de nuestra democracia, no perdamos de vista eso. Este encuentro y tantos que viene dando nuestra fuerza política, son una hermosa señal de que seguimos adelante por justicia social.

Avancemos por la pública felicidad, y por Yamandú, palabra tupí vinculada al agua imprescindible para la vida. Ya es hora de que Uruguay tenga otra vez un presidente con nombre indígena.

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