La Junta Departamental de Montevideo llevó a cabo un emotivo homenaje al reconocido músico uruguayo Rubén Rada, al colocar su nombre en el emblemático paseo Espacio de los Soles, en la Peatonal Sarandí, en Ciudad Vieja. Este gesto no solo resalta su trayectoria artística, sino que también subraya la profunda conexión que ha establecido con el pueblo uruguayo a lo largo de los años. Rada, conocido como el “Mago del Candombe”, ha sido una figura emblemática en la música nacional, y su contribución va más allá de sus inconfundibles ritmos.
Nacido el 16 de julio del 1943 en Montevideo, Rubén Rada comenzó su carrera musical a una edad temprana, siendo parte de la escena cultural de su ciudad natal. A lo largo de las décadas, se ha destacado por fusionar diversos géneros, desde el candombe, el jazz, el rock y la música popular, creando un estilo único que ha resonado no solo en Uruguay, sino también en el extranjero. Su versatilidad le ha permitido colaborar con un sinfín de artistas nacionales e internacionales, lo que ha ampliado su influencia en la música contemporánea. La música de Rada ha sido un refugio durante los momentos más difíciles de la historia uruguaya, especialmente durante la dictadura militar en los años 70. Sus letras, cargadas de poesía y crítica social, resonaron en una sociedad que buscaba expresarse en medio de la represión. Canciones como “Candombe del 31” y “La Cumbia de la Paz” se convirtieron en himnos de resistencia, recordando a los uruguayos la importancia de la libertad y la identidad cultural.
Además de su labor musical, Rubén Rada ha sido un ferviente promotor de la cultura afro-uruguaya. Su dedicación a la difusión del candombe, una expresión cultural de gran relevancia en el país, ha sido fundamental para preservar y revitalizar esta tradición. Rada no solo ha llevado el candombe a escenarios internacionales, sino que también ha inspirado a nuevas generaciones de músicos a explorar sus raíces. El homenaje de la Junta Departamental es un reconocimiento merecido a una vida dedicada a la música y a la cultura. Al colocar su nombre en el espacio de los soles, se busca no solo honrar su legado, sino también inspirar a otros a seguir su camino de creatividad y compromiso social. Este gesto simboliza la gratitud de un país hacia un artista que ha sido una luz en tiempos oscuros, un referente de autenticidad y un embajador de la cultura uruguaya en el mundo.
El evento, que reunió a amigos, familiares, artistas y seguidores, fue un momento de celebración y reflexión. Se compartieron anécdotas sobre la influencia de Rada en la música y en la vida de muchos uruguayos. Su risa contagiosa y su pasión por el arte fueron recordadas como elementos que han dejado una huella imborrable en la sociedad. Rubén Rada ha demostrado que la música tiene el poder de sanar, unir y transformar. Su legado continúa vivo en cada acorde, en cada letra y en cada corazón que ha latido al ritmo de su música. Agradecerle es reconocer no solo su talento, sino también su compromiso con la verdad y la belleza en un mundo que a menudo carece de ambas.
Hoy, al mirar hacia el futuro, es vital que sigamos apoyando y celebrando a nuestros artistas, quienes enriquecen nuestra cultura y nos acompañan en cada paso del camino. Gracias, Rubén, por todo lo que nos das día a día. Tu música es un legado que perdurará en el tiempo, y este homenaje es solo una pequeña muestra de la inmensa gratitud que sentimos como nación.
Felicitaciones Ruben o Rubén Rada. Para mí Ruben y pa todos: «el Negro Rada» ENORME. MERECIDO HOMENAJE.
Ah y pese a muchos…hincha ferviente de Peñarol. Pa cuando el homenaje manya?