La salud deportiva se refiere a aquellos cuidados específicos que necesita una persona que se dedica profesionalmente al deporte. Estos cuidados nos ayudan a mejorar el rendimiento, a prevenir lesiones o a tratar enfermedades y lesiones específicas del deporte. Cuando una persona dedica mucho tiempo y esfuerzo a un deporte determinado, necesita prepararse y mantener el cuerpo en perfecto estado para dar lo mejor de sí. Por ejemplo, cada persona necesitará una dieta determinada según el tipo de deporte que haga y según sus propias circunstancias.
Además, a la hora de tratar determinadas lesiones, muchas veces es necesario contar con el punto de vista de un especialista en deporte, pues, de lo contrario, la recuperación puede tener enfoques diferentes. Evidentemente ocurre lo mismo en la prevención, herramienta clave para los deportistas de élite, quienes deben seguir unas pautas que les ayuden a prevenir lesiones que puedan pausar su carrera.
Entre las enfermedades cardiovasculares en el deporte, las más comunes son: La insuficiencia cardíaca que ocurre cuando el miocardio se vuelve rígido o débil y no puede bombear suficiente sangre oxigenada, lo cual causa síntomas en todo el cuerpo. Las arritmias son problemas con la frecuencia cardíaca (pulso) o el ritmo cardíaco; esto ocurre cuando el sistema eléctrico del corazón no funciona correctamente.
Cuidar de la salud en toda la amplitud de su significado es fundamental para la práctica deportiva. Es fundamental saber cuándo y cómo parar en determinados entrenamientos y también identificar cuando algo anda mal y debemos revisar. En la actualidad existen deportes que tienen más riesgos que otros. Se consideran deportes exigentes a nivel cardiovascular el triatlón, el patinaje de velocidad, el ciclismo, el remo y el boxeo.
Por otro lado, el golf, el billar, los bolos o el tiro olímpico son deportes con menor riesgo cardiovascular, ya que su práctica depende más de la técnica que del esfuerzo. Mientras que en el medio de esa línea de riesgo, hay otras actividades como la natación, el fútbol o el tenis que no son consideradas una amenaza.
Dentro de todo el cuidado existe el factor de la salud cardiaca, que de no ser revisado y tratado como corresponde se transforma en un riesgo cardiovascular y favorece la presencia de enfermedades cardiacas o contribuye a la aparición de eventos cardiovasculares durante la práctica de actividad física.
En los últimos años, los deportistas no profesionales o aficionados se han sumado a la tendencia de participar en carreras populares o deportivas que exigen un gran rendimiento, lo que supone una alta exigencia al corazón y aumenta el riesgo cardiovascular. Muchos especialistas están de acuerdo en que un sobreentrenamiento o sobreesfuerzo cardíaco provoca situaciones de riesgo.
Los deportes más vulnerables a problemas cardíacos son aquellos que requieran más del 70% del consumo máximo de oxígeno durante el entrenamiento; esto conlleva mayor riesgo cardiovascular. En definitiva, no existen deportes o actividades inadecuadas, tan sólo se deben ajustar a las condiciones de cada uno para reducir el riesgo cardiovascular.