Salud mental en los jóvenes: La base de la sociedad del futuro

Se estima que 1 de cada 5 niños y adolescentes experimenta algún tipo de trastorno mental

Como es bien sabido, los niños representan el porvenir de las generaciones venideras y su bienestar constituye el fundamento para edificar las bases de la sociedad. Por lo tanto, los cuidados que debemos proporcionarles deben ser integrales y desde una edad muy temprana.

Uno de los aspectos del bienestar a considerar es la salud mental del lactante, niño(a) y adolescente. Esta es esencial para su crecimiento, afectando su habilidad para razonar, experimentar emociones, interactuar y gozar de la vida. Es un bienestar emocional y psicológico que necesita ser protegido desde los primeros años, promoviendo un entorno seguro y de respaldo donde sean capaces de manifestar sus emociones y requerimientos.

Dado que desde la primera sonrisa, los primeros momentos de llanto y los primeros pasos, se empieza a vivir una variedad de emociones. En esa fase, los jóvenes atraviesan numerosos hitos significativos en su vida emocional; esto genera instantes de crecimiento y aprendizaje constante, y un momento perfecto para empezar a respaldar su salud emocional.

Es importante considerar que los niños y niñas están aprendiendo a comunicar y gestionar emociones y cariño. En ocasiones, esto puede provocar irritación o tensión cuando no logran expresar sus necesidades. Cuando experimentan estrés o sobrecarga, requieren un entorno facilitador, por medio de los adultos, que los calme y les permita explorar sus emociones.

Por eso, se debe evitar cualquier forma de violencia, como gritos y golpes, cuando un niño vive en un entorno negativo, puede enfrentarlo de forma repetida a experiencias traumatizantes, lo que daña su crecimiento y desarrollo armónico causando problemas a largo plazo en su trayectoria vital.

Las discusiones frecuentes entre las personas que rodean al niño también deben erradicarse; la tensión en el entorno puede ser estresante y tienden a sentirse abandonados, impotentes y vulnerables. Finalmente, se debe evitar cualquier forma de negligencia; los jóvenes necesitan atención constante, amor y cuidado para su crecimiento y desarrollo saludable.

En cada etapa del crecimiento existen diferentes necesidades que atender y que se deben cuidar. Los especialistas resaltan que los lactantes necesitan un ambiente seguro, cariñoso y estimulante para desarrollar una base sólida de confianza y seguridad en sí mismos. En edades más avanzadas, la salud mental en la infancia es fundamental para el desarrollo de habilidades sociales, emocionales y cognitivas.

Mientras que, en la adolescencia, esa etapa de transición natural de la evolución conlleva cambios emocionales y sociales significativos, que pueden generar desafíos para la salud mental. En todas las etapas, los padres deben estar atentos a los signos de alerta como los cambios de humor, aislamientos sociales, dificultades en las escuelas con sus compañeros, falta de sueño o cambios en la alimentación, entre otros.

Salud mental de los padres

Las madres o padres de bebés o niños pequeños tienden a vivir una variedad de emociones en distintos instantes. Esos sentimientos pueden ser felicidad, frustración, cansancio y ansiedad. Frente al estrés, es crucial tomar un tiempo para regular el estrés. Por esta razón, es aconsejable buscar asistencia profesional si se requiere.

Los progenitores juegan un rol crucial en el bienestar mental del infante. Los cuidados cariñosos y llenos de afecto establecen una base firme, pues contribuyen al desarrollo de las habilidades sociales y emocionales requeridas para vivir una vida alegre, saludable y completa.

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