Puede pasar en el supermercado, en una parada de ómnibus o en tu casa. Nadie lo espera. Alguien se desploma y, de pronto, todo depende de lo que hagas vos. ¿Estás preparado?
Este martes 27 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Medicina de Urgencias y Emergencias, una fecha que no solo reconoce la labor de médicos y equipos de salud, sino que invita a mirar el sistema que debería sostenernos cuando todo se desmorona. ¿Qué tan preparado está Uruguay para reaccionar a tiempo?
La doctora Ana Mieres, codirectora ejecutiva y directora técnica de UCM Falck, lo explica con contundencia: “La medicina de emergencias es una especialidad que no admite margen de error. Se trabaja con información incompleta, en diferentes escenarios, algunas veces caóticos, y con la obligación de actuar rápido y bien”.
Pero no se trata solo de llegar rápido. “Desde el primer llamado hasta la derivación del paciente al centro asistencial adecuado, todo debe estar pensado, entrenado y bien ejecutado. No se trata solo de llegar rápido, sino de hacer lo correcto en el momento adecuado. Y eso requiere un sistema aceitado, con recursos, formación continua y respaldo institucional”, agrega.
En Uruguay, el sistema de emergencias ha enfrentado desafíos significativos. Según datos de la Cámara de Emergencias y de Asistencia Médica Extrahospitalaria del Uruguay, se han registrado casos donde pacientes han permanecido hasta 22 horas en ambulancias debido a la saturación de las puertas de emergencia en hospitales públicos y mutualistas de Montevideo.
Además, el Ministerio de Salud Pública reconoció la necesidad de mejorar los sistemas de información para medir con precisión los tiempos de espera en las consultas médicas, ya que actualmente no reflejan la realidad que viven los usuarios.
El acceso desigual a servicios de emergencia es parte del problema. “En Uruguay el desafío está hoy en lograr llegar a todos esos ciudadanos que están lejos de los sistemas de emergencia prehospitalaria robustos, está en llegar a esas comunidades poco pobladas a quien hoy nadie puede llegar”, advierte Mieres.
Con experiencia acumulada en casi medio siglo de trabajo, UCM Falck —la primera emergencia móvil del mundo— ha visto de primera mano cómo el sistema fue evolucionando. Hoy hay mejores herramientas, pero también más presión. “Si bien hay más recursos, también hay más presión. Por eso no se puede bajar la guardia en términos de formación, equipamiento y mejora continua”, señala Mieres.
Uno de los puntos críticos está fuera de los hospitales. Saber qué hacer, reconocer los síntomas, no perder tiempo. “Ese conocimiento salva vidas tanto como la llegada oportuna de una ambulancia con el equipamiento completo, con un médico capacitado en respuesta a emergencias, enfermero entrenado y chofer sanitario. Cada ciudadano entrenado es un potencial primer respondiente que gana minutos cruciales antes que llegue la ambulancia”, reflexiona.
En otras ciudades, se han probado soluciones que ganan tiempo. Las motoambulancias, por ejemplo, permiten a paramédicos sortear el tránsito y estabilizar al paciente en el lugar. “Hay que pensar fuera de la caja para poder dar respuesta a la creciente demanda de atención en emergencias en Uruguay”, propone Mieres.
En Uruguay, la especialidad en medicina de urgencia existe desde 2005, impartida por la Universidad de Montevideo, con reconocimiento del MEC y validación del MSP. Los primeros egresados se recibieron en 2011. La doctora Ana Mieres es una de ellos. Sin embargo, a pesar de ser una especialidad indispensable, en muchas regiones del país aún no ha sido formalizada. Esa falta de reconocimiento impide que los pacientes accedan a atención verdaderamente especializada y que los profesionales cuenten con el respaldo institucional que necesitan. Sin ese marco, el esfuerzo individual no alcanza.
La medicina de emergencias no empieza cuando llega la ambulancia. Empieza mucho antes, con una llamada a tiempo, con alguien que sabe qué hacer, con un sistema que no duda. En ese engranaje, todos tenemos un rol. Porque una vida puede depender de que alguien, en el momento justo, esté preparado para actuar.
Capacitarse, preguntar, informarse. Todo empieza mucho antes de que suene el teléfono en una central de emergencias.