Este 4 de octubre se cumplieron 67 años del lanzamiento por la Unión Soviética en 1957 del Sputnik 1, primer intento no fallido de poner en órbita un satélite artificial alrededor de la Tierra. Sputnik 1, que significa en ruso «compañero de viaje» («satélite» en astronáutica), colocó en franca ventaja a los rusos en la carrera espacial con Estados Unidos, donde la noticia causó una auténtica conmoción en el contexto de ‘Guerra fría’.
El satélite era una esfera de aluminio de 58 centímetros de diámetro que llevaba cuatro largas y finas antenas. Tenía una masa aproximada de 83 kilos, contaba con dos transmisores de radio y orbitó la Tierra a una distancia de entre 938 kilómetros en su apogeo y 214 kilómetros en su perigeo. La nave obtuvo información perteneciente a la densidad de las capas altas de la atmósfera y la propagación de ondas de radio en la ionosfera.
Los transmisores funcionaron durante tres semanas, hasta que fallaron las baterías químicas de a bordo, y fue monitorizado con gran interés a lo largo de todo el mundo, informa Wikipedia. La órbita del entonces satélite inactivo fue observada más tarde ópticamente, hasta caer 92 días después de su lanzamiento (3 de enero de 1961), después de haber completado alrededor de 1.400 órbitas a la Tierra, acumulando una distancia de viaje, de aproximadamente unos 70 millones de kilómetros.