La terapia Gestalt o gestáltica pone énfasis en lo que está sucediendo, en lo que se está pensando y sintiendo en el momento, más que en el pasado. En ese sentido se habla del aquí y del ahora. La palabra Gestalt proviene de un sustantivo alemán, si bien no tiene una traducción exacta, los significados que se le adjudican son: conjunto, forma, configuración, totalidad, estructura, figura y aquí.
La terapia Gestalt es la ampliación de la consciencia, una terapia humanista que se enfoca en el aspecto corporal, mental, emocional y espiritual de la persona. Esta terapia se resalta en la experiencia que tiene el paciente en el presente, como herramienta para “ampliar” o profundizar la conciencia. Usualmente los terapeutas gestalt son psicólogos titulados que se especializan en esta famosa corriente.
En cuanto a su enfoque holístico; se refiere a que percibe al ser humano en su conjunto como una totalidad. Todo existe y adquiere un significado dentro de un contexto específico; nada existe por sí solo, aislado. Es esencialmente una forma de vivir con los pies bien puestos en la tierra, y busca crear un modo de llegar a estar en este mundo en forma plena, libre y abierta, aceptando y responsabilizándose por lo que somos y apreciando lo obvio.
En muchas ocasiones se le denomina “enfoque”, ya que es un término más amplio, en lugar de “terapia” que restringe sus posibilidades de aplicación a lo clínico. Este enfoque pone el foco en que la persona pueda darse cuenta (ser consciente) de los procesos que le suceden. Hablamos de un darse cuenta que no es intelectual, sino un darse cuenta del organismo total.
La terapia Gestalt permite conocer los patrones relacionales, pensamientos y comportamientos que bloquean la conciencia presente y llevan a situaciones de infelicidad. Por ello, es utilizada para tratar problemas como la ansiedad, depresión, autoestima, dificultades para relacionarse, pérdida de control y para los efectos físicos que estos problemas generan, como trastornos del sueño o digestivos, dolor de espalda o de cabeza.
El psicólogo o psicóloga realiza un acompañamiento al paciente para ayudarle a llevar a cabo un proceso de autodescubrimiento y crecimiento personal que le permita encontrar un camino dentro de sí mismo/a o en relación al entorno.
Esta transformación consta de cuatro fases: Aceptación: se toma conciencia de lo que se está viviendo en el presente (rabia, alegría, entre otros) y se acepta. Otra fase es la responsabilidad; una vez que la persona acepta sus sentimientos, se hace responsable de ellos. De lo que siente y vive, sin culpabilizar a los demás de lo que le ocurre. La tercera es el diálogo, en la terapia Gestalt él o la terapeuta acompaña el camino del paciente. Una experiencia donde se co-crea un campo relacional y emocional. Para finalmente llegar a la acción, la persona desarrolla e interioriza nuevas técnicas para gestionar diferentes situaciones que le crean malestar.
Durante la terapia, el objetivo fundamental no es tanto hablar sobre los problemas o traumas que marcaron a la persona en el pasado, sino que se tratan los problemas y dificultades que tiene hoy en día. De esta forma, se le permite identificar su responsabilidad en ellos, asumiendo los sentimientos que le generan y poniendo en práctica, con ayuda del o de la terapeuta, las habilidades necesarias para superar cada situación.
Hay que recordar que al tratarse de una terapia de crecimiento personal, está indicada para cualquier tipo de persona, independientemente de su edad. Lo único que se requiere es que sea capaz de describir lo que siente y necesita, ya que él o la profesional adaptará las sesiones según se trate de un niño/a, adolescente y adulto. En el país existe la Asociación Gestáltica del Uruguay (AGU), que es una asociación civil fundada el 19 de diciembre de 2007. Con la visión de formar un espacio que reúna a todos los terapeutas y personas formadas en el enfoque gestáltico que permita su fortalecimiento y desarrollo en el Uruguay. En sus servicios brinda atención psicológica a los pacientes, con un arancel especial.