La atención primaria de salud (APS) es un enfoque de la salud que incluye a toda la sociedad y que tiene por objeto garantizar el mayor nivel posible de bienestar, dentro de su distribución equitativa, mediante la atención centrada en las necesidades de las personas.
La APS tiene tres componentes que son interdependientes y sinérgicos: un conjunto de servicios de salud integrados e integrales que engloban la atención primaria y funciones de salud pública como elementos centrales.
Luego, distintas políticas y actuaciones multisectoriales encaminadas a abordar los determinantes generales de la salud más amplios; y por último el empoderamiento de las personas, las familias y las comunidades para lograr una mayor participación social, autoasistencia y la autosuficiencia en materia de salud.
Es importante señalar que, según la OMS, más de 1000 millones de personas en todo el mundo corren el riesgo de caer en la pobreza por los gastos directos en atención de salud que afrontan, los cuales suponen un 10% o más de su presupuesto familiar. Por lo que la APS tiene un valor fundamental intrínseco, sobre todo en la prevención de enfermedades que pueden ser un problema a futuro.
Se calcula que la atención primaria de salud puede servir para alcanzar el 75% de los progresos en la esfera de la salud previstos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Entre los buenos hábitos que se le recomiendan a los Estados aplicar en esta área de la salud están: implementación del abordaje a la diversidad sexual como política pública y la educación sanitaria a niño y sus familia.
Así como también, el fortalecimiento de la atención de salud rural; atención integral en salud a las personas con discapacidad; mantener la lucha contra el VIH y el estigma, finalmente generar un esquema de atención periódica de revisión cardiovascular en los seguros médicos.