Cuidacoches reclaman reclaman un salarío mínimo y poder jubilarse

Comenzó a cuidar autos en el año 2001 tras quedar viuda con un hijo a cargo. Graciela Rodríguez, Presidenta de ACA (Asociación de Cuidadores de Coches), siempre de desempeño como doméstica y en labores de panadería. Al enfermar su marido tuvo que dedicarles mucho tiempo a sus cuidados, y para peor quedó desempleada. En este contexto, decidió probar suerte como cuida coche en el centro de Montevideo para lograr llevar el pan a la mesa para ella y su hijo. Con el pasar del tiempo se asentó en una cuadra y comenzó a tomar oficio, a conocer los bemoles de la actividad. Así años más tardes, viendo muchas injusticias e intentado dignificar su actividad laboral, junto con otros cuidacoches deciden formar un sindicato. Hoy, Rodríguez, trabaja en una cuadra del Parque Batlle.

 En esta entrevista conoceremos la historia de lucha de una mujer que, a sus 72 años, atraviesa una situación compleja; Después de 35 años de pagar los impuestos de un inmueble ubicado en el Buceo que se encontraba deshabitado y destruido en aquel entonces, luego de reformarlo con el dinero que ahorraba de la cuadra, de construir el hogar donde crio a su hijo, apareció un familiar reclamando la vivienda y el juez que tomo el caso fallo en dos instancias a favor de este familiar, argumentando que no estaba seguro de que hubiesen vivido allí todos esos años. De todas formas, en Graciela se vislumbra una fortaleza tremenda, y muestra una increíble resiliencia para comenzar otra vez el proceso de búsqueda de una casa propia.

– ¿Cómo aparece en su vida el ser cuidacoches?

 – La idea apareció allá por el 2001 después de que mi esposo se enfermó, yo trabajaba en una fábrica de ropa por la unión, y tuve que dejar el trabajo para cuidarlo porque no podía estar solo por su enfermedad. Con el tiempo se fue agravando su situación de salud hasta que falleció. A mí ya no me volvieron a tomar en la fábrica, y mi situación económica era cada vez peor y con un hijo chico a cargo, ya no tenía a quien recurrir, no tenía ya dónde pedir fiado. Una vecina me digo de porque no me animaba a cuidar coches, y bueno yo no tenía otra cosa, al principio me daba muchísima vergüenza, pero era con lo que podía llevar el pan a casa”.

¿Cuándo y cómo surgió la idea de formar un sindicato de cuidacoches?

– En el año 2007. Yo arranque trabajando justo atrás del Elbio Fernández, en Maldonado entre Ejido y Santiago de Chile, con el tiempo empiezo a notar lo ingrata que eran algunas personas con nosotros, los menos por supuesto, gente que te decía: cuídame el auto, y después se iban rápido y no te bajaban ni la ventanilla. Gente que nos destraba, otros te hablaban mal, y otros que directamente al ver que eras cuida coches te discriminaban. Yo nunca llegué, en los años que trabajo de esto, a qué te maltraten y no sentir nada, porque soy una persona que me quiero mucho. Otros compañeros como que estaban acostumbrados ya tenían una coraza, como que eso fuera lo normal, yo no. Por suerte siempre sentí, siempre me di cuenta que eso era injusto, a veces pasas todo el día cuidando autos con frío, con lluvia o con n mucho calor como para que después te hablan mal simple te por ser cuida coches, entonces fue así como surgió la idea con otro compañero, Javier, de empezar a reunirnos. Comenzamos buscando más cuida coches, entre ellos se sumó Ramiro que está hasta el día de hoy, y conseguimos una pensión vieja en dónde era sereno otro compañero. Luego fuimos a preguntar ala Central Obrera y allí nos hicieron el nexo con Fuecys y el Pit-Cnt. El primero que nos recibió fue Castellanos, y no puso ninguno problema, enseguida digo que si, y nos comenzamos a reunir allí. Hay muchos compañeros de Fuecys que nos han dado una gran mano, entre ellos Gustavo Fernández y Eduardo Sosa.

– ¿Cuáles son los reclamos del sindicato, y como es su relación con la Intendencia de Montevideo?

“Bueno, nosotros siempre reclamamos un salario mínimo, eso no es de ahora sino desde que se creó el sindicato, o al menos un subsidio, algo que nos sirva de base, por diferentes circunstancias un cuidacoche nunca sabe lo que va a sacar en una semana, para nosotros sería importantísimo. También hemos pedido equipos de lluvia para el invierno, que de verdad de vuelven dificilísimos los días que llueve y hay frío, hay que aguantarlos, no son fáciles. Otro reclamo es el tema de los baños, somos personas y tenemos necesidades, y por supuesto otro reclamo importante es el hecho de buscar alguna forma para que nos podamos jubilar, se puede aportar con el mono tributo, pero lo que te decía anteriormente, una cuidacoche no sabe nunca en un mes lo que va a ganar, y entre comer o aportar vas a comer, esto de todas formas le corresponde al gobierno nacional. Con la IMM venimos avanzando, con Transito, Prosecretaria y Empleabilidad. A través del edil Gastón Baudean, que fue los primeros que se acercó para conocer el sindicato y ver cómo podían articular, no hizo el nexo para tener una entrevista con Carolina Cosse, que fue la única intendenta que nos atendió personalmente, y esto lo quiero resaltar porque no es menor, fue muy amable, receptiva muy humana. Por eso me gusta. Nos dijo que, si bien lo del salario es muy complicado para implementarlo, si íbamos a ir trabajando en los otros reclamos, y en esa reunión nos aseguró que los equipos de lluvia la IM los iba a conseguir y así fue, el año pasado a mitad de año los estrenamos, hasta ahora es la única intendenta que nos dio algo concreto, además nos atendió ella misma, que es un hecho que nos dignifica. Quiero aclarar que yo soy independiente políticamente, no soy blanca, ni colorada, ni cabildante ni frenteamplista, pero debo reconocer que los únicos que se acercaron y nos dieron algo concreto fue el Frente Amplio, con Carolina Cosse “.

– ¿Cómo ha sido cómo mujer afrodescendiente tener que desarrollar una actividad históricamente ocupada por varones?

 – Mira, yo al principio tuve que luchar contra el racismo, el clasismo y el machismo. En el comienzo más de uno, cuida coches, me decían: que haces acá anda a lavar los platos; pero al ver que yo no aflojaba, que no dejaba mi cuadra, que me hacía querer por los vecinos, me fueron aceptando como a una igual. Con el clasismo pasa hasta hoy día, lo que te decía anteriormente, hay gente que por el hecho nomás de ser cuida coches te mira por arriba del hombro. Y con el racismo también sucede, me pasó más de una vez, particularmente con una persona que venía a trabajar aún lugar y cuando me iba a dar una moneda me decía dale negra de forma bastante despectiva, hasta que india lo confronte y le expliqué que no me gustaba que me hablara así, y ahí la situación cedió.”

– ¿Cómo es tu relación con los vecinos?

– Eso Depende de la cuadra, yo nunca he tenido mayores problemas, de hecho, me llevo siempre bastante bien con los vecinos de la cuadra, me hago querer, hay vecinos que en invierno me traen un café sin que yo les pida nada, o en verano agua con hielo o un vaso de refresco, a mí nunca me gusto molestar, con el tiempo vas conociendo a la gente que vive en la cuadra y con algunos generas una muy buena relación”.

– ¿Cómo ves a la reforma jubilatoria que se está impulsando y cómo afectaría al colectivo de cuidacoches?

– La reforma jubilatoria que está impulsando el gobierno la veo nefasta, si fíjate que nosotros estamos intentando buscar formas para que se nos reconozca nuestros años de trabajo, con el actual régimen jubilatoria con esta reforma menos nos tienen en cuenta y entendemos que nos entierran, Para nosotros los Cuidacoches, esta reforma, es lapidaria.”

– ¿Cómo analizas tú futuro personal?

 – Bueno yo ya tengo 72 años, me gustaría dejar algo más para compañeros más jóvenes, que todos estos años de lucha no hayan sido en vano. Ahora estoy atravesando una situación difícil con el tema de la vivienda, después de 35 años de pagar los impuestos de una casa en el Buceo, que estaba abandona y destruida, donde yo crie a mi hijo, donde con el dinero que hacía de los autos iba guardando para tener la casa de forma digna y presentable, pagando todos los impuestos, además de luz y agua, Ahora, apareció un familiar a reclamar la casa, y de forma muy extraña el juez fallo dos veces a favor de él. No sé, no soy de pensar mal, pero me parece que hubo alguna mano rara, que el diablo metió la cola.”