Manos negras

“Vidas encajonadas” Re ensamblajes conceptuales y obras plásticas de Claudio Rama

La infancia es también el tiempo del abuso, de ser comida en la cacería de animales humanos. Tragedias de destrato o de indiferencia, de rechazo o de abandono así como de bullying o aprovechamiento. La debilidad de las fuerzas físicas, el incompleto desarrollo biológico e intelectual, la dependencia de otros para vivir, la inocencia o el desconocimiento de las realidades y la ingenuidad, son el territorio fértil del engaño y la manipulación en la compleja vida social de interacción entre diversidad de intereses y deseos de los otros, sean menores o adultos. Es una etapa de debilidades y desigualdades en las guerras de sobrevivencia del gran restaurante de la naturaleza. La ausencia de barreras morales, de desconfianza o de controles a los pecados y tentaciones, torna fáciles presas a los niños y niñas ante los múltiples depredadores de la vida social. Posibles padres autoritarios, narcisistas o indiferentes, hermanos abusivos o sádicos, vecinos depravados o cínicos compañeros, así como acosadores sexuales o maquiavélicos sin principios son también algunos de los infinitos riesgos que nutren la vida en tiempos de crecimiento. 

Mientras tanto van pasando etapas entre los distintos ambientes que les tocó vivir en la lotería de la sociedad. En la calle o en la escuela, en la casa o en el parque, en la ciudad o el campo, en veranos o en invierno, sus vidas transcurren también bajo acecho en posibles cacerías directas o indirectas. Son abusos muchas veces soportados en los afectos y desafectos en los caminos de los abandonos y del sendero para alcanzar la madurez de la comprensión de la selva del egoísmo terrenal. Carne de cañón en los divorcios, separaciones y conflictos de padres o desconocidos, cumplen incluso el rol de “esperpento” para beneficio de depredadores, incluyendo maniáticos sexuales y enfermos mentales. Sobreviven en los territorios imprecisos entre el amor y el desamor, entre la realidad y las fantasías, entre gustos y tentaciones en este mundo mercantilizado de vida y ellos donde son incapaces de pagar con otra moneda por su ingenuidad que no sea su disposición a satisfacer o aceptar, a unas manos negras que buscan abalanzarse sobre ellos escondidas entre otros brazos dispuestos a dar su protección y el amor necesario. 

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