Otros rostros de Argentina en el Museo MAPI

En esta semana con presencia de diversas autoridades se inauguró en el Museo de Arte Precolonial e Indígena (MAPI) una muestra titulada “Otros rostros de Argentina” consistente en 33 máscaras de este país, parte de mi Colección de Máscaras Latinoamericanas.

Se ha definido por parte de Darcy Ribeiro a la Argentina –y mucho más a Uruguay- como una sociedad trasplantada de personas, venidas de los barcos yfaro de la cultura europea en el continente, atento a la mirada sobre Buenos Aires. Sin embargo dicho enfoque con los años se ha ido reconfigurando hacia unamirada más nacional, y con ello reconociendo la diversidad de influencias culturales – y especialmente ancestrales- en la conformación de la nación argentina. Destacan en el reconocimiento de la realidad, el mayor reconocimiento al sur los pueblos tehuelches, aonikenk o patagones, de los mapuches, araucanos o reches en el suroeste occidental del país, al norte en las poblaciones de Yungas que poblaron los territorios de la Puna, la Quebrada de Humahuaca y los Valles de Jujuy, así al noreste donde se alojan culturas del Gran Chaco, vinculadas a un gran tronco de influencias Tupi, Guarani, Chane o Chiriguano de etnias y desarrollos lingüísticos. Ellos han contribuido a un múltiplesincretismo cultural que se expresa en un patrimonio intangible, de la cual las máscaras son una de sus expresiones, para mi más interesantes.

Una muestra de esas tradiciones culturales, y la más grande de la exposición, lo representan las máscaras originarias de la Provincia de Salta y sus territorios frontera con Paraguay y Bolivia. Provienen de la ancestral tradición Chane que pobló el Gran Chaco, donde diez troncos lingüísticos de los cuales se desprenden cerca de cuarenta etnias diferentes, alimentó múltiples culturasfavorecidas por la impenetrabilidad de su territorio y la férrea resistencia de sus habitantes en la época de la conquista y la colonia. Dichas culturas pervivieron y se vincularon tanto por una evangelización que creó decenas de misiones religiosas donde convivieron wichís, chorotes, guaraníes, tobas, o vilelas durante un tiempo, y por la distancia a los centros económicos. Muchos de los encuentros de esas culturas, tanto previos a la colonización, como posterioreshan gestado el Arete, la fiesta grandede las cosechas del maíz, con celebración de sus danzas comunitarias con chicha y encuentrosmísticocon sus ancestros y también de reunión entre muchas etnias nómades o incluso distantes. Las comunidades chane, chiriguanas, guaraníes, guaicurúes y otrasfueron creadoras de máscaras que usan en el Arete y cuyo rasgo más saliente es su sentido mágico-religioso. Una de esas máscaras con fuerte presencia en comunidades de la Provincia Salta, lleva el nombre de aña -que en guaraní significa espíritu, muerto, demonio o alma- con la que intermedian entre el mundo de los dioses y los hombres en la ocasión de esta fiesta de encuentro de vivos y muertos. Es ese festejo de recolección de la cosecha, participantambién los espíritus de los antepasados y sus historias a través de máscaras que representan sus almas. La máscara eselenlace con ellos y es habitada por sus espíritus en la ocasión. Las usan exclusivamente los hombres. También encontramos un tipo de mascara llamada Aña-ndechi, que representa el espíritu de los ancianos y consiste en un rostro humano con barba. Aña-hanties cuando simboliza al espíritu de los jóvenes con una cresta en la parte superior llamada hanti, decorada con motivos geométricos, representaciones de astros o incluso la figura del jaguar. También encontramos el aña de los animales que representa el espíritu de los animales y cuya función es custodiar las especies.Cuando la máscara tiene plumas se llama “aña uru rave” y los motivos decorativos del hanta de estas mascaras tienden a ser de animales o figuras geométricas.

También destaca otra tradición mascarera de la provincia de Salta procedente de la zona de los pueblos de Tartagal y de San Ramón de la Nueva Oran, y especialmente de las comunidades indígenas alojadas en zonas cercanas.En esta zona, el carnaval también seemparenta con una de las tradiciones y cosmogonía del Arete como ritual sagrado de agradecimiento a la Madre Naturaleza en tiempo de cosecha. El Arete es el tributo a la tierra y al fruto del trabajo: al maíz que representa la vida, la sangre misma, por lo que en la tradición la fiesta se define como la renovación de la sangre. Esta fiesta se mezcla con el carnaval tradicional debido a su coincidencia temporal. Así, durante la semana que dura esta ceremonia, los adultos acompañan sus danzas con caretas talladas de madera blanca (Yuchan) que protegen el rostro del danzante en el encuentro con el alma de los muertos que se produce en pasajes especiales de esta celebración. Se agradece por la buena cosecha, se pide para el año siguiente y se rinde homenaje al espíritu de los ancestros para buenas siembras futuras. La forma o motivo de una careta tiene directa relación con la intención o identificación de su portador. En las piezas de estas fiestasse denota huellas de otras tradiciones y con ello se ve la presencia del “kambaranga” que en guaraní significa “figura de negro», con figuras de personajes humanoides deformados con expresiones irónicas que son acompañados por bailantes con máscaras de animales, así como también máscaras con rasgos de tradiciones andinas como el soplador, el silbador y el mascador de coca. A la fiesta del Arete, vienen todas las culturas cercanas

También en la exposición se puede observar una muestra de la cultura de la Diablada que atraviesa Perú (Puno), Chile (La Tirana), Oruro y La Paz (Bolivia) y la Quebraba de Humahuaca (Argentina), donde una raíz pre colonial incaica se mixturó con el Diablo de la Evangelización y consolidó una fiesta especial de carnaval que se inicia con el desentierro del diablo, cuando el mal se instala –con permiso divino- unos días a la tierra para abrir el desenfreno de la fiesta. Aquí, un muñeco (pucllay) que imita a un diablo, sale de la tierra y simboliza al sol, el ente encargado de fecundar a la tierra. Es una fiesta de sincretismo de la cultura española y andinaentre el calendario agrícola y los tiempos de cuaresma, entre la Pachamama y la fe en Jesús. Mi única pieza además se engalana con un vestido del MAPI de la Diablada de Humahuaca, y de una exposición de fotos del Ceremonial del Carnaval de fotografías maravillosas de Carolina Franco.

Finalmente, también se puede apreciar una expresión más reciente de cultura de máscaras, en este caso de un antifaz de una bailarina, de la provincia de Corrientes cuya tradición de Carnaval se remonta al siglo XIX, antes de la Guerra de la Triple Alianza y quehomenajeaba a San Baltazar con música y baile.

Esta exposición tiene un agradecimiento muy especial a la Universidad Católica de Salta (UCASAL), en la persona de su Rector Ing. Rodolfo Gallo Cornejo y de su Vicerrectorde Educación a Distancia. Ing. Lic. Daniel Torres, que en la ocasión de actividades académicas con ellos, tuvieron la enorme gentileza y deferencia de apoyarme en la construcción de esta Colección, al MAPI, y a su director Facundo de Almeida para continuar acogiendo estas muestras de la región y a la Embajada de Argentina en Uruguay. La exposición es en 25 de mayo 279, de lunes a sábado de 10,30 a 18, en tres salas del primer piso del MAPI.

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